jueves, 22 de abril de 2010
Palabras en el Viento....
Mirada ausente, paso largo, oído ciego, corazón rasgado y la noche a su encuentro. Sin largo recorrido, ni corto deseo...Se encontraba la pena acompañante, sin la fuente de lágrimas como bálsamo. Cementerio, tumba abierta, aires en paro y grises soles eran su paisaje sobre tierras pardas. Le tendí una mano, casi la muerde, Le quise ayudar, no se dejó. No se fía de nadie, Se durmió el corazón, se perdió en la niebla...Eventos olvidados, esperanza en viaje, rabias, corajes, vergüenzas enquistadas. Tremenda soledad era su equipaje. En estos momentos mira al cielo y no logra ver nada...está tan contaminado con el smog de la ciudad y su ánimo, que no logra ver nada…y en sus ojos la lluvia golpea por dentro…Y el corazón sigue triste y abatido, cansado de aquellas esperas que nunca acaban. Este se siente solo y abandonado, esperando la oportunidad para poder reír. El corazón triste, aun quiere llorar, el pensamiento solo quiere dejar de hacerlo y aliarse con el corazón, y la pregunta que siempre surge… ¿Por qué no puedo ser amado? .Y No puede hacer más que pensar, rodeado de vacío, pensar porque cada día que pasa se siente más frío. Silencio... nada se escucha, amordazado en su alcoba, rehén de la soledad, un suspiro un latido y la mordaza más se apretará. Con la mirada una vez más en la oscuridad fijada, pretendiendo recordar alguna palabra olvidada. Y más miedo aun le da, comprobar que no es que de hablar se haya olvidado, simplemente que nadie le ha enseñado. Vida mía que he hecho contigo, ya no llores corazón que hoy he escuchado el sollozo silencioso de tu pesar, corazón mío ya no llores, pues tus lagrimas son como perlas echadas de nuevo al mar. Remendaré mis heridas y quemare en el fuego del olvido las lagrimas que brotaron de mi hermoso corazón, y guardare todo lo aprendido, en ti mi corazón edificaré una casa para el amor e invitare a aquellos a quienes he dañado para que entren y reconciliarme con ellos, no daré más las espinas que recibí no lloraran más por mi aquellos a quienes herí, sabiendo cómo me querían. Hoy quiero ser consolador y reconciliador. Un destello de luz distrae mi atención hacia el cielo… ese mismo que al iniciar estas palabras no me permitía ver nada… tus ojos ya no contienen la lluvia por dentro…ésta sale a raudales, libre por tu rostro…Entre unas nubes puedo observar la luz del sol radiante e implacable abriéndose lugar entre el oscuro y sombrío cielo que cubría todo lo que la vista alcanzaba…que me regala una hermosa ventana de futuro …así como mis palabras y poemas se van de tu corazón por la misma razón…humildemente todas y cada una de mis palabras se van silenciosamente de tu vida…para darle espacio a las que vienen…a las que te harán sonreír y soñar ahora…No te preocupes, hablé con ellas…ya les expliqué que no se van a la papelera de reciclaje… que estarán mejor...volverán a donde nacieron…a mi corazón…desde donde un día salieron …
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