miércoles, 10 de abril de 2013
Cuánto daño hizo el Romanticismo Madre...
¿Volver a pensar en ti?
Nunca. Antes asesino tu recuerdo. Sé cómo hacerlo.
El otro día me encontré a Cupido en un bar de copas. Estaba borracho, despeinado y moreno de solarium. Me estuvo contando que ya no hacía esa gilipollez de las flechitas, que todo lo más, lanzaba piedritas cósmicas a la cabeza de la gente para que ésta, retorciera el cuello ciento ochenta grados cada vez que pasaba un tío o una tía buena tal cual niña del exorcista. Dice que con eso basta. Que cuando lo descubrió, dejó el negocio. El arco era matador. Y más matador el amor obsesivo que ocasionaba.
- ¿Te acuerdas de Romeo y Julieta? ¿O de Calisto y Melibea? Cuánto daño hizo el Romanticismo... - dice.
Yo creo que tiene razón. Que las cosas cuanto más se piensan y se hacen girar en el cerebro peor. Como tú. Durante un tiempo te instalaste en lo más profundo de mi hipotálamo dispuesto a desordenarme las ideas...cabrón.
Antes te asesino. A ti y a tu maldito recuerdo volador.
Titiirititi titii...
Vaya, tengo un mensaje!. Hummm... Me voy con Cupido. Me ha dicho que ha dejado el pañal y que tiene un tatuaje en el pompis. Con suerte, hoy cae.
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