domingo, 9 de enero de 2011

Esperanza Frente a los grises soles.

Se van terminando las horas aterrantes de esperarte, fuiste tú quien quemó las velas de los barquitos de papel y verso que siempre con amor los hacia a la mar de tu mirada, tú sabes lo que amo tu mirada, y ya lo ves, naufragamos en aquella bronca que inventaste el día que no supiste explicarte en mí con verbo, el día que te dio miedo creer, sin darte cuenta, que mi amor no es atadura y si libertad de dos en movimiento. Me quedé engrillado a las galeras de tu paso, me quedé regando las plantas de tus pies que me sabían a huellas de esperanza, pero ya lo ves, no reverdecieron, preferiste que se enraizaran en la estabilidad que sé que aún no encuentras. Solo pediría una horas en las cuales mágicamente se depositase en mí el talento y la expresión del arte, así poder inmortalizarte en mi única obra, una obra maestra que hable por si sola y se desborde de sentimientos, donde quede plasmada tu cara y los finos rayos de luz que iluminan tu sonrisa y tu llanto, me gustaría pintarte y dedicar el resto de mi vida a mirarte y si es posible quedarme a vivir en mi obra de arte. Solo pido por un momento la inspiración suficiente en mis manos para dejar clavado un cuadro en el mural del tiempo, hacer sentir a alguien más lo que yo siento, y sabiendo que todo esto un día sea cierto, que pudiera concretarse, solo me dejaría reposar en los vientos y envejecer al reparo de esa mañana donde las palabras solo sobraban y me dedique a contemplar tus ojos…

1 comentario:

  1. "(...)mi amor no es atadura y sí libertad de dos en movimiento." Por ello es amor.

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